Ejercicio físico y asma


AUTOR: Álvaro Soto Villarreal.
Fisioterapeuta. Col. Nº 3159.

El asma es un síndrome complejo cuyas principales características incluyen una obstrucción al flujo aéreo en grado variable, hiperrespuesta bronquial e inflamación de las vías aéreas. Sus factores desencadenantes son principalmente los alérgenos, fármacos, virus, humo del tabaco y el frío y la humedad. El tratamiento principal es el farmacológico, seguido de la fisioterapia respiratoria y  la evitación de la exposición a alérgenos, todos ellos acompañados por supuesto del ejercicio físico, tan temido por los pacientes asmáticos.

La persona asmática no debe abstenerse de realizar ejercicio físico por su mera condición de asmático, ya que el ejercicio físico, realizado de manera adecuada a su patología, puede aportarle muchos beneficios.

El asma de modo general, no es un factor limitante para el ejercicio físico. Sin embargo, en algunas personas asmáticas se ha observado una condición física menor que la prevista para su edad. Esto puede ser debido a:

            . Descondicionamiento físico.
            . Mal estado nutricional debido al uso de corticoides.
            . Otros factores como el equilibrio psicológico.

Las ventajas que aporta el ejercicio físico en el paciente asmático son:

  1. Mejora la condición física y la propia tolerancia al ejercicio, porque mejora la de manda ventilatoria, la capacidad máxima al ejercicio y la capacidad aeróbica...
  2. Las hiperventilaciones que se ocasionan durante la realización del esfuerzo físico se reducen o son menos fuertes a medida que la condición física mejora...
  3. Ayuda a disminuir la ansiedad y el nerviosismo ocasionado por los ataques. Es decir, aporta beneficios psicológicos. Inclusive en asmáticos graves la capacidad de reserva de sus pulmones es mayor a medida que mejora su capacidad física general.
  4. En los niños mejora el desarrollo mental y físico, proporciona beneficio psicoemocional, les integra dentro de su grupo social y les enseña a prepararse para una vida saludable cuando sean adultos.

Cuando empezamos una actividad física  por primera vez todos nos cansamos, sentimos fatiga y sensación de ahogo. En los pacientes asmáticos, tanto niños como adultos, que no han hecho deporte antes, estas sensaciones son todavía más fuertes. Por ello, la adaptación del paciente con asma a la actividad deportiva debe ser muy progresiva, para que con el tiempo aprenda a distinguir entre la sensación de ahogo normal por un ejercicio intenso y la sensación de ahogo por una crisis de asma.

Por esto la prescripción de un programa de ejercicio, para pacientes con asma, para que sea completa, adecuada y no sea fuente de lesiones, debe mejorar al menos tres cualidades físicas básicas del cuerpo humano, para que la adaptación efectuada sobre el organismo conlleve una mejora global y bien planificada. En definitiva cualquier tipo de prescripción de ejercicio debe preocuparse de mejorar la resistencia, la fuerza y la flexibilidad de nuestro paciente, que a la postre será lo que le permita obtener una mayor calidad de vida.