Acción fisiológica de la tecarterapia


  • Acción calórica
  • Acción de relajación de los vasoconstrictores
  • Acción de incremento de la actividad leucocitaria
  • Acción circulatoria
    • Aumento de la función de asimilación y desasimilación
    • Aumento de las oxidaciones
    • Duplicación de la velocidad de reacción química en el tiempo
    • Aumento de la actividad glandular
      • Secreciones sudorales
      • Glándula hepática y venal
  • Acción positiva de la inflamación
  • Acción hiperemiante de la piel
  • Acción de activación del quimismo celular en el sistema nervioso
  • Acción tranquilizadora de la sintomatología dolorosa
  • Acción sedante
  • Acción antibactericida

Acción fisiológica de la tecarterapia

La acción fisiológica y terapéutica de la corriente de tecarterapia aporta significativos beneficios al paciente. La acción más evidente y la que, sobre todo se aprovecha en terapéutica, es la acción calórica. Gracias a la tecarterapia se puede aumentar la temperatura interna de los tejidos en varios grados, con todas las ventajas que ello significa.

Pero la acción diatérmica no es puramente térmica, sino que la corriente determina fenómenos derivados de su paso, puesto que el cuerpo humano está compuesto por tejidos de distintas conductividades. La naturaleza alterna de la corriente no produce fenómenos de electrolisis. Tampoco produce efectos excitomotrices dado que se utilizan corrientes de radiofrecuencia. Los efectos terapéuticos están asociados al paso de la corriente de radiofrecuencia y a los efectos del campo eléctrico a que se someten los tejidos. Esto se manifiesta en liberación de calor y vibración molecular de todas las moléculas que no sean isoeléctricas, por ejemplo las de agua.

Acción fisiológica de la tecarterapiaTEMPERATURA

Bajo el influjo de la acción diatérmica capacitiva sobreviene una relajación de los vasoconstrictores, aumentando el calibre de los vasos. La circulación se activa también en el territorio diatermizado, y entre el aumento del calibre de los vasos y la mayor actividad circulatoria, el volumen total de la sangre que irriga el territorio en cuestión se halla notablemente aumentado.

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Aumenta el calibre de los vasos sanguíneos

También el aumento de la actividad circulatoria tiene consecuencias fisiológicas, pues esta hiperemia determina una elevación del funcionalismo de todos los órganos que se hallen dependientes de ella. Se activan los cambios nutritivos, al comprobarse que las vibraciones moleculares en los tejidos sometidos a estas condiciones producen un aumento de las funciones de asimilación y desasimilación. En consecuencia, se incrementan las oxidaciones, al favorecer el aumento interno de temperatura la aceleración de la velocidad de la reacción química.

Estos aumentos en el fisiologismo de las glándulas son debidos a dos causas: aumento del riego sanguíneo por efecto de la tecarterapia arterial local y a la excitación directa producida por la corriente diatérmica sobre la inervación propia del órgano.

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Se intensifican los cambios nutritivos y respiratorios

Otra acción de la tecarterapia es el incremento de la actividad leucocitaria.

En comparación con otras zonas no diatermizadas, se observa un aumento extraordinario del número de leucocitos en la zona diatermizada, al mismo tiempo que los glóbulos blancos de la sangre presentan una fragmentación nuclear mayor. Este hecho indica una mayor actividad leucocitaria y un incremento de las defensas del organismo contra factores externos.

Las funciones glandulares sufren también el influjo de la corriente. Se observa la activación de la secreción sudoral, desde el simple enrojecimeinto de la piel y turgencia de las venas superficiales, hasta la producción de sudores.

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Aumenta la actividad leucocitaria

La glándula hepática y renal también aumentan su capacidad funcional, traduciéndose esto por el aumento de sus respectivas secreciones. Por todas estas circunstancias, no debe considerarse sólo termoterapia, sino que se debe incluir en el campo un poco más complejo de la electroterapia.

A la tecarterapia también se le reconoce la propiedad de producir una especie de fiebre de reacción, hoy reconocida de grande utilidad y sumamente beneficiosa en la mayor parte de las infecciones.

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Aumenta la circulación sanguínea

Otra de las propiedades fisiológicas es el síntoma dolor. La tecarterapia tiene una acción particularmente analgesiante y anestésica, sobre la que actúa la inflamación aguda diatérmica. El concepto de inflamación ha sufrido una evolución en la actualidad respecto a la idea que se tenía de este fenómeno hace algunos años. Hoy ya no se la considera como un proceso morboso contra el cual hay que luchar para apartarlo del organismo para evitar sus perjudiciales efectos, sino que, por el contrario, se la considera como un verdadero mecanismo de defensa, que en muchas ocasiones basta para vencer la infección. La inflamación acarrea sobre el órgano enfermo un material nutritivo más abundante; le proporciona anticuerpos contra el veneno o el agente morboso. El aumento de la cantidad de líquidos en circulación que existe en el territorio inflamado determina una aceleración de la descarga de las toxinas, así como la reabsorción de los exudados y demás productos patológicos.

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Se mejoran los procesos dolorosos Los efectos de la corriente diatérmica sobre el sistema neuromuscular se traducen en la percepción de la elevación de la temperatura por los nervios. Esta sensación ayuda al terapeuta como guía para la regulación de la corriente. La susceptibilidad es aquí muy variable, pues mientras unos enfermos soportan muy bien temperaturas altas, hay otros que pronto acusan sensación de quemadura.

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Se acelera la eliminación de toxinas y el drenaje de los exudados Otro de los efectos fisiológicos de la tecarterapia es la activación del quimismo celular en el sistema nervioso, cuya activación puede sobrepasar un 25% de la función normal.

Tiene además una importante acción sedante sobre el sistema nervioso, al igual que una acción tranquilizadora sobre la sintomatología dolorosa.

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Acción sedante analgésica, antiinflamatoria y antiespástica Finalmente cabe apuntar que la acción del calor diatérmico ha querido ser aprovechada para la destrucción in vivo de las bacterias patógenas. La misma acción curativa de la tecarterapia en el reumatismo es prueba del efecto letal del calor para ciertos microrganismos especialmente sensibles a la elevación de temperatura. Con la tecarterapia se ha llegado a poseer un medio de elevar ésta de tal forma que, matando o al menos paralizando la vitalidad de ciertas bacterias, no resulte perjudicial para el organismo que las aloja. Esto es lo que sucede, por ejemplo, con el gonococo, el neumococo o el vibrión colérico.

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Se destruyen las bacterias