A medida que vamos envejeciendo, los tejidos, órganos y sistemas de nuestro cuerpo se deterioran. La pérdida de las cualidades elásticas que caracterizan a las estructuras corporales, dan como resultado una disminución de la movilidad general, alteraciones en el equilibrio y en la marcha y, en muchas ocasiones, la aparición de dolor crónico. El papel del fisioterapeuta se vuelve de gran importancia, ya que puede proporcionar alivio y mejorar la calidad de vida en esta etapa de la vida.