¿Qué es la flebitis? Tipos y tratamiento

Hinchazón y dolor en las extremidades, varices, enrojecimiento... ¡presta atención a la flebitis! Esta inflamación de las venas empieza con molestias leves y le quitamos importancia, pero puede acabar siendo una enfermedad grave. Te contamos cómo identificarla, sus síntomas y qué puedes hacer para mejorar y prevenir la flebitis.

¿Qué es la flebitis? Tipos y tratamiento
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14/04/2023 | Actualizado: 01/08/2023 14/04/2023
  1. ¿Qué es la flebitis y por qué es importante conocerla?
  2. ¿Cuáles son las causas de la flebitis? 
  3. ¿Qué tipos de flebitis podemos encontrar? 
    1. ¿En qué consiste la flebitis superficial? 
    2. ¿En qué consiste la flebitis profunda? 
  4. Tratamiento de la flebitis 
    1. Tratamiento para la flebitis superficial
    2. Tratamiento para la flebitis profunda
    3. ¿Los aparatos de electroterapia ayudan a tratar la flebitis?
  5. Cómo prevenir la aparición de flebitis

¿Has notado una sensación de hinchazón o dolor en alguna de tus piernas? Si es así, podrías estar sufriendo de flebitis, una enfermedad que puede ser más grave de lo que piensas si no se trata a tiempo.

Esta afección ocurre cuando la pared de una vena se inflama. Aunque puede afectar a cualquier persona, resulta más común en quienes ya tienen una edad avanzada.

No dejes que la flebitis te detenga en tu día a día. Aprende a identificar sus síntomas y el tratamiento adecuado para combatirla. No esperes más y descubre cómo puedes recuperar tu salud y bienestar.

¿Qué es la flebitis y por qué es importante conocerla?

Para empezar, debes saber que la flebitis es una de las patologías que podemos encontrar en el sistema circulatorio venoso. Por eso, para comprender sus repercusiones, hemos de profundizar un poco más en este aspecto.

Las funciones que lleva a cabo el sistema circulatorio venoso hacen que sea esencial para tu salud. La razón principal es que se encarga de mantener el equilibrio de tu organismo. Esto es algo que consigue de varias maneras:

  1. Depura la sangre de tóxicos y hace que reciba los nutrientes necesarios al retornarla al corazón.
    De ahí, se vuelve a bombear a todos los rincones de tu cuerpo.

  2. Favorece una distribución apropiada del flujo sanguíneo.
    Hace las funciones de reservorio del volumen de sangre.

  3. Regula la temperatura de la piel.
    Lo que facilita que el cuerpo se adapte a diferentes ambientes.

  4. Se encarga de mantener el equilibrio hidroelectrolítico del organismo.
    Es responsable del control de líquidos extravasculares.


Por todo ello, hay que estar atentos a las señales que envía el cuerpo y que pueden alertar de una enfermedad como la que tratamos en este artículo. ¿Cómo podemos conseguirlo? En primer lugar, sabiendo que los síntomas de la flebitis más frecuentes son:

  • Hinchazón
  • Dolor
  • Enrojecimiento de la zona
  • Abultamiento de la vena
  • Fiebre leve

Tromboflebitis en la pierna

¿Cuáles son las causas de la flebitis? 

Al analizar las causas de la flebitis, podemos encontrar que son bastante variadas y es complicado recoger todas en un listado. Esto sucede, principalmente, porque en ocasiones no se llega a conocer por qué aparecen los síntomas.

Aun así, podemos resumir las más frecuentes y conocidas de esta manera:

  • Enfermedades infecciosas
    Son la causa más frecuente. Algunas infecciones pueden afectar a las venas y provocar inflamaciones, como sucede en el caso de celulitis, neumonía, infecciones del tracto urinario y endocarditis.
    En ocasiones, podemos hablar incluso de desencadenantes tóxicos, traumatismos, quemaduras o postoperatorios. Cuando dan lugar a una flebitis, también se suelen clasificar dentro de las infecciones.

  • Traumatismos
    Ya lo hemos mencionado en el apartado anterior. Las lesiones físicas en las venas pueden dañarlas y desencadenar una respuesta inflamatoria. En ocasiones, estas aparecen derivadas de catéteres que dan problemas, irritan las venas y provocan, una vez más, esa inflamación.

  • Trombosis venosa profunda
    La formación de un coágulo en una vena profunda, generalmente en la pierna, puede provocar inflamación. A este coágulo también se le denomina trombo. Por este motivo, a esta afección también se le puede denominar tromboflebitis.
    ¿Cómo aparecen estos coágulos de sangre? Lo habitual es que se den cuando existe un factor que modifica el flujo sanguíneo en las venas.

  • Cirugía
    Algunas cirugías pueden provocar inflamación de las venas. También los periodos de inmovilización asociados a ellas y a los postoperatorios.

  • Ciertas enfermedades
    La flebitis puede ser un síntoma de algunos trastornos inmunitarios como el lupus, la enfermedad de Behçet o la polimialgia reumática. También puede estar relacionada con alteraciones del sistema linfático, varices o cáncer.

  • Estilo de vida
    La inactividad prolongada, el tabaquismo y la obesidad son algunas rutinas que pueden aumentar el riesgo de desarrollar flebitis.

¿Qué tipos de flebitis podemos encontrar? 

Hasta ahora hemos hablado de la flebitis en general. Aun así, esta inflamación de la pared de las venas puede aparecer de diferentes formas. De hecho, su sintomatología y tratamiento van a depender del tipo que nos encontremos.

Podemos hablar de una clasificación en flebitis superficial y flebitis profunda.

Trombosis venosa profunda

¿En qué consiste la flebitis superficial? 

Este primer tipo de flebitis se produce, como su nombre indica, en venas superficiales de la piel. Su pronóstico suele ser favorable porque es una patología benigna, por lo que no conlleva un grave peligro para quien la padece.

¿Cómo podemos identificarla? Los síntomas de la flebitis superficial más comunes son:

  • Enrojecimiento de la piel.
  • Aumento del volumen de la vena, de forma que su apariencia al tocar es como un cordón bajo la piel.
  • Calor en el área afectada, así como sensibilidad y dolor. Este último se agudiza al presionar sobre la vena.
  • Fiebre o temperatura elevada.


En ocasiones puede pasar desapercibida, ya que no siempre se acompaña de sintomatología.

¿En qué consiste la flebitis profunda? 

Ya hemos mencionado este tipo de flebitis, donde el responsable de la inflamación es un coágulo de sangre. También se le denomina trombosis venosa profunda o tromboflebitis.

Para comenzar, has de saber que puede revestir mayor peligro que la superficial. El motivo es que hay un riesgo evidente de que el coágulo de sangre se desplace a otras zonas del cuerpo.

Si se da esta situación, al coágulo o trombo se le pasa a denominar émbolo y, si alcanza los vasos sanguíneos pulmonares, puede provocar una embolia pulmonar. También puede afectar a otros órganos vitales como el cerebro.

En cualquier caso, la interrupción del flujo de sangre provocará consecuencias graves como la muerte de los tejidos.

Los síntomas de la flebitis profunda más frecuentes son:

  • Piel cianótica o pálida
  • Edema
  • Fiebre
  • Dolor sordo en la pierna
  • Reducción del pulso arterial en la extremidad afectada
  • Taquicardias
  • Puede aparecer gangrena venosa

La flebitis profunda suele darse en los miembros inferiores y puede no manifestarse. Esto supone un grave peligro porque suele apreciarse tarde, al diagnosticar la embolia.

Tratamiento de la flebitis 

¿Te suenan familiares los síntomas anteriores? Si tu respuesta es afirmativa, deberías ponerte en manos de profesionales para que te prescriban un tratamiento médico cuanto antes.

Este ha de ser personalizado, pues dependerá del tipo, la gravedad y la ubicación de la inflamación en la vena afectada. Aun así, aquí te dejamos algunos tratamientos estándar que se suelen emplear.

Tratamiento para la flebitis superficial

Ante este tipo de flebitis, se suele combinar el tratamiento farmacológico con el fisioterapéutico para combatir la inflamación. Por eso, es habitual que incluya lo siguiente:

  • Elevación del miembro afectado
  • Compresas frías
  • Antiinflamatorios en comprimidos, sobres o cremas
  • Cremas antisépticas o con óxido de zinc
  • Cremas con heparinoides
  • Medias o calcetines de compresión

Media de compresión en la pierna

Tratamiento para la flebitis profunda

En este caso, los pasos iniciales son muy similares a los que hemos expuesto para la flebitis superficial. Aun así, hay una diferencia: si estos no surten efecto, se puede recurrir a otros procesos:

  • Filtro en la vena cava cuando los fármacos no son efectivos, aunque es algo poco frecuente. De este modo, se evitan los coágulos.
  • Extirpación por cirugía.

¿Los aparatos de electroterapia ayudan a tratar la flebitis?

Los síntomas de la flebitis pueden pasar desapercibidos y eso es  un problema a la hora de valorar su peligrosidad real. Debemos tener mucha precaución con los tratamientos electromédicos. 

A primera vista, los efectos de la magnetoterapia y la presoterapia pueden parecer convenientes. Por ejemplo, la magnetoterapia ayuda a desinflamar los tejidos. Y la presoterapia mejora el drenaje linfático y la movilización de los fluidos en las extremidades.

Sin embargo, sin un diagnóstico claro, no se puede saber si es conveniente este tratamiento en ese momento en concreto.

Por eso, si tienes flebitis, nunca debes utilizar estos aparatos sin una recomendación explícita de tu médico y siempre bajo su supervisión y sus instrucciones.

En cambio, donde sí pueden ayudarte es en la prevención de la flebitis. La estimulación de la circulación, de la actividad celular y de la regeneración de los tejidos ayuda a mantener la salud y evitar la aparición de esta dolencia. En cualquier caso, siempre deben utilizarse bajo consejo médico.

Veamos más consejos para evitar la flebitis.

Cómo prevenir la aparición de flebitis

Para prevenir la aparición de este tipo de problemas, lo mejor es cuidar tu salud cardiovascular y la circulación sanguínea.

¿Qué puedes hacer para conseguirlo? En primer lugar, seguir una dieta equilibrada y realizar ejercicio físico moderado. Con esto conseguirás mantenerte en un peso apropiado, lo cual te ayudará con la prevención.

Además, otra buena idea es acostumbrarte a descansar con las piernas en alto y evitar temperaturas elevadas.

Por otro lado, es recomendable evitar estar mucho tiempo de pie, o pasar muchas horas sentado, ya que esto ralentiza y dificulta el retorno venoso.

Está claro que no podrás evitarlo si trabajas de pie, por ejemplo, o si estás haciendo un viaje largo en coche o avión. Si te ves en alguna de estas situaciones, nuestro consejo es que estires o camines cada cierto tiempo, bebas mucho líquido y utilices medias de descanso.

Con todos estos consejos te resultará más sencillo prevenir la peligrosa flebitis. Si necesitas más información sobre cómo los dispositivos electromédicos pueden ayudarte en la prevención, contáctanos aquí y te resolvemos las dudas.

Abel Renovell Cofundador y fisioterapeuta colegiado

Abel ha conseguido dos retos: Uno, mantener a Efisioterapia como referente en el sector durante 20 años, escribiendo y revisando cientos de artículos de alta calidad sobre salud y fisioterapia, suyos y de otros especialistas. Dos, compaginarlo durante varios años mientras ejercía de fisioterapeuta en su propia clínica, hospitales y clubs deportivos.

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