Concepto, valoración y entrenamiento del CORE stability.


Concepto, valoración y entrenamiento del CORE stability.

Autor: A. Dionisio González Rodríguez.

Diplomado en Fisioterapia por la Universidad de Granada. Máster en Osteopatía Estructural (EOM). Máster en Prevención y Readaptación de lesiones (Universidad de Castilla La Mancha). Experto en fisioterapia de la actividad física y el deporte (Universidad San Pablo CEU). Experto en terapia miofascial (Universidad Europea de Madrid)

CORE

Concepto funcional utilizado habitualmente para referirse de forma conjunta a las estructuras musculares y osteoarticulares de la parte central del cuerpo, sobre todo, del raquis lumbo-dorsal, la pelvis y las caderas. Se ha utilizado sobre todo en el deporte por la importancia de éstas estructuras ya que participan en la estabilidad del tronco y generación y transferencia de fuerzas desde la parte central del cuerpo a las extremidades (centro de cadenas cinéticas) (Vera-García FJ et al, 2015)

Sirve como centro de la función de las cadenas cinéticas, porque conecta las extremidades superiores con las extremidades inferiores (Borghuis J et al, 2008). 

Core stability: encontramos varios conceptos en función del contexto (biomecánico, clínico y deportivo), es un término ambiguo, hay un debate constante sobre su correcto significado. Una definición amplia, que tiene en cuenta todos los contextos podría ser: capacidad de las estructuras osteoarticulares y musculares, coordinadas por el sistema de control motor, para mantener o retomar una posición o trayectoria del tronco (también se incluye la musculatura de la cadera), cuando éste es sometido a fuerzas internas o externas (Vera-García FJ et al, 2015). 

Valoración del CORE stability: muchas propuestas de valoración, pero ninguna completa ya que para analizar adecuadamente la estabilidad del CORE hay que valorar la respuesta de éste (con técnicas cinemática y dinamométricas) a fuerzas de muy distintas características (magnitud, duración, dirección, velocidad…) en todos los contextos y condiciones. Además, el CORE stability depende de muchos factores y la interacción entre ellos (fuerza máxima y resistencia, coordinación intra e intermuscular, control motor y control propioceptivo).

Entrenamiento del CORE stability: lo trabajamos con los objetivos de prevenir lesiones (evitamos desequilibrios, descoordinaciones, inestabilidades…) y mejorar el rendimiento (mejoramos la estabilidad del deportista en los gestos deportivos, precisión de mmss, agilidad…). Se ha visto la relación del déficit de CORE stability  con el dolor lumbar y las lesiones de las extremidades inferiores (Van Dieen, JH et al, 2012). Aunque parece lógico que sea así, los estudios que relacionan la contribución del CORE stability al rendimiento deportivo son escasos y tienen resultados controvertidos (Vera-García FJ et al, 2015).

Para diseñar los ejercicios más efectivos y seguros nos basamos en la electromiografía de superficie (qué músculos se activan con un ejercicio concreto) y en modelos matemáticos (qué posiciones o movimientos son peligrosos para las estructuras ósteoarticulares) (Vera-García FJ et al, 2015). Se llega a la conclusión de que lo ideal es realizar una batería de ejercicios en los que se ejerciten músculos  flexores, extensores,  lateralizadores y rotadores. La activación de transverso y multífido es importante, pero sólo con su trabajo no se consigue la estabilidad del CORE (Vera-García FJ et al, 2007). Los ejercicios más eficaces y seguros son: perro de muestra, bicho muerto y las planchas. Para el entrenamiento del CORE stability nos basaremos en estos tres ejercicios y tendremos en cuenta las siguientes pautas:

-Primar la calidad de la ejecución, activación del transverso.

-Variedad en los ejercicios, inclusión de desequilibrios.

-Movimientos lentos y controlados progresando al aumento de la velocidad y el descontrol.

-Primero ejercicios que soliciten el recto anterior y después los oblícuos.

-Isométricos (máximo 8 repeticiones de 7´´-8´´), concéntrico-excéntrico (máximo 10 repeticiones) (McGill, 2007).

-Realizar una progresión funcional aproximándonos al gesto deportivo. 

No podemos olvidar la inclusión de ejercicios de propiocepción iliolumbar y de disociación de cinturas con el fin de coordinar el CORE stability con los miembros superiores e inferiores y progresar al gesto deportivo (coordinación intermuscular, control motor y propiocepción).

Hay pocas evidencias sobre las características (intensidad, volumen, frecuencia de los ejercicios) y eficacia de los programas de ejercicios del CORE stability, no sabemos con certeza absoluta qué es lo mejor, estas dudas quizás surjan de la dificultad para valorar el CORE stability.

Bibliografía

Borghuis, J; Hof, A y Lemmink, K. (2008) The importance of sensory motor control in provide stability core stability. Sports medicine, 38, 11, 893-916.

McGill SM (2007). Low back disorders: evidence-based prevention and rehabilitation. 2nd ed. Champaign: Human Kinetics.

Van Dieen, JH; Luger, T y Van der Eb, J. (2012) Effects of fatigue on trunk stability in elite gymnasts. Eur J Appl Physiol. 112(4):1307–13.:

Vera-García, FJ; Elvira, JL; Brown, SH y McGill, SM. (2007) Effects of abdominal stabilization maneuvers on the control of spine motion and stability against sudden trunk perturbations. J Electromyogr Kinesiol. 17(5):556–67

Vera-García, FJ; Barbado, D; Moreno-Pérez, V; Hernández-Sánchez, S; Juan-Recio, C y Elvira, JLL.  (2015) Core stability: Evaluation and training criteria. Rev Andal Med Deporte, 8 (2): 79-85.