Física y fisiología del spa, spa y sistema cardiovascular


La experiencia de relax se debe a la suma de múltiples causas: calor, flotabilidad, amplitud de movimientos, resistencia suave del agua; siendo importante la percepción sensorial del agua cálida que relaja la musculatura, no lo es menos el efecto de liberación que experimentamos al poder liberar a nuestra musculatura de la necesidad de sustentar todo el peso del cuerpo, limitar esa contracción excesiva y permanente logra que la circulación sanguínea mejore, los aportes de oxígeno y energía se pueden percibir tras una sola sesión en el estado de la piel.

Los SPA no son solo centros en los que se puede disfrutar y obtener una experiencia de relajación y descanso. Hay toda una serie de efectos físicos que afectan a la fisiología del organismo positivamente y que acompañan nuestra experiencia de Salute Per Aqua.

En primer lugar destaca la flotación que experimentamos en un SPA, nuestro cuerpo parece quedar liberado de la fuerza de atracción terrestre, su movimiento se vuelve más libre y las articulaciones experimentan el bálsamo de actuar sin apenas carga alguna; la musculatura profunda que se encarga de la lucha contra la gravedad, los músculos posturales antigravitatorios ven liberada su necesidad de acción permanente y pueden relajarse, pueden aflojar su tensión, los músculos que se encargan del movimiento se adaptan a la presión hidrostática con toda facilidad y experimental el placer de un movimiento suave, dulce, en el que el agua se desliza y recorre el cuerpo acompañando cada movimiento con la sensación de múltiples micromasajes.

TERMALISMO SPA Y SISTEMA CARDIOVASCULAR.

El ejercicio por excelencia en el agua es la natación, sin embargo aquellos que no sepan o puedan nadar han de saber que incluso el acto de caminar en el agua nos permite mejorar la condición física y con ello la salud. No solo mejora el nivel de absorción de oxígeno, sino que además se fortalece la musculatura implicada en el movimiento obteniéndose al mismo tiempo efectos positivos locales y de carácter general, musculares y metabólicos.

El ejercicio físico en piscina va más allá de la natación , se puede andar, saltar, realizar ejercicios rítmicos o utilizar equipamiento que nos permita incrementar el nivel de gasto energético. Cuando la duración del ejercicio se mantiene en el tiempo con una intensidad sostenida y sin deuda de oxígeno entramos en el área de los ejercicios aeróbicos, que son los que nos proporcionan una expectativa de calidad de vida presente y futura.

Los ejercicios aeróbicos acuáticos se han utilizado profusamente como elementos integrantes del proceso de rehabilitación en las más diversas dolencias desde siempre y así sucede en el momento actual, patologías que van desde la artrosis a los más diversos procesos reumáticos, degenerativos e inflamatorios se siguen tratando con todo tipo de combinaciones de baños y aguas a diversas temperaturas.

El ejercicio aeróbico en el agua aumenta el consumo de oxígeno y favorece la adaptación del organismo al esfuerzo, lo cual implica cambios metabólicos tan importantes que afectan incluso al ritmo cardíaco basal, que tiende a descender conforme aumenta la capacidad de absorción de oxígeno.

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