La infección nosocomial en el entorno del fisioterapeuta


Este artículo ha participado en la 6ª edición del certamen internacional de artículos de fisioterapia en internet

Miguel Sánchez Méndez
Fisioterapeuta por la Universidad San Pablo-CEU

Índice

  • Resumen y palabras clave
  • Abstract and key words
  • Introducción
  • Material y métodos
  • Desarrollo y discusión
  • Conclusiones
  • Bibliografía

Resumen

La infección nosocomial, infección hospitalaria o del medio hospitalario, es aquella que se produce en personal sanitario y/o pacientes durante su estancia en el centro sanitario, o posteriormente a esta.

Se produce por la transmisión de microorganismos (principalmente bacterias) tras el contacto del paciente con visitas externas, otros enfermos, ambientes contaminados o personal sanitario.

Este tipo de infección tiene gran importancia, ya que aumenta la morbilidad y mortalidad, el tiempo de hospitalización, el uso de medicamentos, e impide nuevos ingresos. Todo ello provoca que la sanidad invierta gran cantidad de sus recursos económicos en estos puntos.

Sin embargo, la información y formación sobre las enfermedades nosocomiales en el entorno de la fisioterapia no es muy abundante, teniendo en cuenta que este tipo de profesional forma uno de los colectivos sanitarios que más contacto directo tiene con los pacientes.

Así pues, aumentando el conocimiento y la prevención sobre este colectivo sanitario, las tasas de infección nosocomial muy probablemente disminuirían, reduciendo la inversión económica motivada por la prolongación del tratamiento de estos pacientes.

Palabras Clave

Infección nosocomial, fisioterapia, control de infecciones, prevención de infecciones, Infección Hospitalaria.

Abstract and key words

The nosocomial infection, hospital infection or hospital environment infection is one that occurs in health care personnel and/or patients during their stay at the hospital or after this.

It’s produced by the transmission of microorganisms (mainly bacteria) after patient contact with foreign visitors, other patients, healthcare workers or contaminated environments.

This type of infection is very important because it increases morbidity and mortality, length of hospitalization, medication use, and prevents new revenue. This causes the healing to invest large amount of economic resources at these points.

However, the information and training on nosocomial infections in the setting of the physical is not very generous, considering that this type of professional is one of the medical groups that have more direct contact with patients.

Thus, increasing the awereness and prevention in this health group, the nosocomial infection rates probably decrease, reducing economic investment motivated by the extended treatment of these patients.

Key Words

Nosocomial infection, physical therapy, infections control, infections prevention, hospital infection.

Introducción

Según la OMS, la infección nosocomial es “una infección que se presenta en un paciente ingresado en un hospital o en otro establecimiento de atención de salud en quien la infección no se había manifestado ni estaba en periodo de incubación en el momento del internado, siendo también las infecciones ocupacionales del personal del establecimiento”.1.

La prevalencia de este tipo de infecciones, según el Estudio de prevalencia de infecciones nosocomiales en España (EPINE) de 2007 se sitúa en el 6,99%, y aunque desde 1990 ha disminuido desde el 8,45%, desde 2004 ha comenzado a aumentar paulatinamente.4.

Estas infecciones están causadas por “microorganismos multirresistentes, brotes epidémicos y portadores crónicos, trasmitidas del paciente al fisioterapeuta, y de este a otro paciente principalmente”, según Delgado Gil et al, mediante el contacto directo.2, 3.

Dentro de la población que está en contacto con las infecciones nosocomiales, existen varios grupos con más riesgo para contraer una infección de este tipo: “pacientes ancianos, pacientes con enfermedades graves y/o crónicas, pacientes con otras enfermedades concomitantes, pacientes con factores que predisponen a las infecciones (catéteres urinarios, heridas, úlceras, etc.)”.3.

Para que se dé el menor número de contagios dentro o fuera de estos grupos mencionados anteriormente, existen programas nacionales o regionales de control “para apoyar a los hospitales en la reducción del riesgo de infecciones nosocomiales” antes y después de que se produzca un brote,así como programas hospitalarios que se centran en la “prevención del riesgo para pacientes y personal”.1.

Se dispone de varios tipos de vigilancia para la infección nosocomial una vez que se ha producido el contagio, siendo el principal objetivo la “disminución de las tasas de infección nosocomial y su costo”, refiriéndonos a su costo como: tratamiento del paciente y personal en contacto con él, desinfección de zonas comunes y objetos, posteriormente también de la zona donde se ha aislado al paciente o a los pacientes, etc. 1, 5.

Las principales características de una buena estrategia de vigilancia, según la OMS, son: simplicidad y participación, flexibilidad (para la introducción de cambios si es necesario), aceptabilidad, coherencia, sensibilidad y especificidad. Pero para que la estrategia se pueda poner en marcha, el costo económico de estas debe ser menor a lo que gasta el centro sanitario en tener a pacientes más días ingresados, más lo que deja de ganar ingresando a pacientes nuevos en esas camas que todavía están ocupadas. 1, 15, 16.

El principal arma para una mayor concienciación y de esta manera conseguir una correcta limpieza de manos y/o brazos, así como del material que haya entrado en contacto con el paciente, es, según Tavolacci et al, la educación de los estudiantes de las distintas ramas sanitarias, así como el ejemplo de sus profesores y tutores. A día de hoy, se dispone de diferentes tipos de jabones y soluciones hidroalcoholicas a nuestro alcance que podemos encontrar en la mayoría, si no en todas, las áreas de los centros socio-sanitarios.6.

Los objetivos de esta revisión son: aumentar el conocimiento acerca de la infección nosocomial, dar a conocer y concienciar de la importancia de esta en nuestro entorno y, sintetizar las precauciones que disminuyen el riesgo de contagio de los fisioterapeutas y sus pacientes.

Material y métodos

Se realizó una búsqueda bibliográfica de la información que manejamos en Ovid, Pubmed, Medline, Science Direct, Excelencia Clínica, Sportdiscus y Mediclatina, encontrándose la mayoría de los artículos en estas fuentes. Otros, fue necesario localizarlos en las paginas de los editores en el caso de fuentesopen source, a través de búsqueda libre en internet (google académico), o solicitarlos al servicio de préstamo interbibliotecario del que dispone la biblioteca de la Facultad de Medicina de la Universidad San Pablo Ceu.

Para llegar hasta los artículos, se emplearon los siguientes términos de búsqueda:

Palabras Clave

Key Words

Infección nosocomial

Nosocomial infection

Fisioterapia

Physiotherapy / Physical therapy

Infección hospitalaria

Hospital infection

Estudio epidemiológico

Epidemiological study

Epidemiología

Epidemiology

Se realizaron las siguientes combinaciones añadiendo el operador booleano “y”, e introduciendo los términos en español y en lengua inglesa: infección nosocomial y fisioterapia, fisioterapia y estudio epidemiológico, infección nosocomial y epidemiología,nosocomial infection and physiotherapy, nosocomial infection an physical therapy, physiotherapy and epidemiological study, physical therapy and epidemiological study, nosocomial infection and epidemiology.

Tras la búsqueda inicial se aplicaron los siguientes criterios de inclusión/exclusión: que los trabajos estuviesen redactados en lengua inglesa o castellano; fuesen relativos a seres humanos; que incluyeran a fisioterapeutas, o que, sin incluir a estos, este pudiera participar en la labores desempeñadas; se reflejaran expresamente protocolos de actuación preventiva; tuvieran indicadores de la infección; fueran estudios de prevalencia de la infección nosocomial; estudios de conocimiento y actuación de los estudiantes; y de una antigüedad no superior a 10 años.

Posteriormente con los mismos parámetros de inclusión y exclusión se buscaron referencias del tema en la biblioteca de la facultad de medicina de la universidad San Pablo CEU, para localizar posibles fuentes primarias.

A través de estos parámetros de búsqueda se localizaron 22 artículos, de los cuales 9 fueron finalmente descartados por abordar una infección concreta, de escaso interés para el objetivo general de este trabajo. Además en la búsqueda de fuentes primarias se agregaron 3 libros, en cuyo caso no se aplicó el criterio de inclusión temporal.

La búsqueda se inició el 12 de Enero de 2012 y se finalizó el 28 de Febrero de 2012.

Desarrollo y discusión

La infección nosocomial es “aquel proceso infeccioso sobreañadido a la persona enferma, independiente al proceso patológico por el que acudió al hospital y que reconoce una epidemiología y etiología intrahospitalarias” o “de cualquier establecimiento de atención de salud”. Esta también es conocida como infección hospitalaria o del medio hospitalario. 1, 7.

Aunque el conocimiento acerca de este tipo de infecciones ha ido aumentando a lo largo del tiempo (en España sobre todo desde 1990, fecha de inicio de EPINE), y a pesar de que parece que va a seguir siendo así por las continuas investigaciones, no ha influido para que no se dé una disminución constante del porcentaje de afectación, aumentando desde 2004. Es decir, hay conocimiento pero no concienciación de la importancia de estas infecciones. 4.

Que la disminución global de estas cifras haya sufrido un repunte, puede verse debido al aumento de factores de riesgo intrínseco y extrínseco, al aumento de la edad media de hospitalizados, aumento e intensificación de uso de instrumentaciones hospitalarias, y a que cada vez se incluyen en los tratamientos a más servicios hospitalarios (como la fisioterapia). 4, 8.

Esto nos lleva a pensar que la educación y/o información que se da a los trabajadores sanitarios ha disminuido, está obsoleta o es nula, que los trabajadores no son conscientes del riesgo que corren y hacen correr, y que el costo adicional que implica el ingreso de un paciente afectado por una infección nosocomial ha vuelto a aumentar. 1, 6, 9.

Pero, ¿cómo podemos volver a controlar estos factores? Lo principal es conocer bien este tipo de infección, sus grupos de riesgo, cómo saber si se ha producido un brote y cómo controlarlo, y lo más importante, actualizar la información que se da al personal sanitario así como las medidas preventivas de las que estos disponen. 1, 3, 5-9.

Las manos, son el principal vehículo de transmisión, y es algo de lo que todo el personal sanitario debería ser consciente. En la piel encontramos la flora transeúnte o contaminante, constituida por microorganismos aislados, puede ser peligrosa por su fácil transmisión; y la flora resistente o colonizadora, constituida por microorganismos aislados de forma persistente que no son fáciles de eliminar. Los agentes etiológicos más frecuentes en las infecciones nosocomiales son las bacterias. 1, 3, 7.

Estos microorganismos se transmiten de un paciente a otro, o de un paciente al personal sanitario y de este a otro paciente, generalmente por contacto directo aunque también están las conocidas como autoinfecciones, que son las que se producen cuando un germen no patógeno se comporta como patógeno en condiciones normales; y las infecciones cruzadas, aquellas en las que el agente no procede de la persona infectada, aquí se pueden dar la contaminación por el aire, contacto con objetos contaminados, por líquidos o alimentos entre otros. 1, 7.

El aumento de las infecciones nosocomiales también está estrechamente relacionado con el uso indiscriminado de fármacos y antibióticos que disminuyen las defensas del organismo y facilitan la entrada de los microorganismos mencionados anteriormente, además de las “circunstancias capaces de hacer disminuir las barreras naturales contra las infecciones” como la destrucción de la piel (descamaciones, heridas, quemaduras, etc.), sondas vesicales, perfusiones intravenosas prolongadas, y la supresión del manto ácido de la piel, el aumento de la vulnerabilidad de la persona por la edad, enfermedades crónicas, tratamientos médicos agresivos y la diversidad de gérmenes o su gran número en el momento de la inoculación. 1, 7.

Por ello las personas con mayor riesgo de contraer una de estas infecciones son: “pacientes ancianos, con enfermedades graves y/o crónicas, con enfermedades concomitantes, y pacientes con catéteres urinarios, heridas, úlceras”, etc . 3.

Para que la infección no aumente el número de contaminados, son necesarios los programas de control. Estos “son eficaces siempre y cuando sean integrales y comprendan actividades de vigilancia y prevención, así como” un continuo esfuerzo en formación del personal sanitario y enfermo en materia de higiene. 1, 7, 9

La aplicación del método epidemiológico de las infecciones hospitalarias en estos programas de control, nos permite conocer la cadena epidemiológica, es decir, el proceso de transmisión de dichas enfermedades. Dicha cadena está constituida por las siguientes partes: “agente contaminante, fuente de donde procede, mecanismo de transmisión, forma de entrada al organismo y la sensibilidad del paciente”. Con el objetivo de controlar y frenar estas infecciones, cualquier medida que se adopte irá encaminada a romper esta cadena por la parte que resulte más fácil. 7.

Además, existen programas de control nacionales o regionales y programas de control hospitalarios. Los primeros, sirven de apoyo al hospital en la reducción del riesgo, y deben: “establecer objetivos, formular y actualizar la vigilancia de la atención de salud y prevención, crear un sistema nacional para vigilar determinadas infecciones y evaluar la eficacia de las intervenciones, facilitar el acceso a productos y materiales para la higiene y la inocuocidad, e instar a la vigilancia de la infección nosocomial”; los segundos deben concentrarse en los hospitales y establecimientos de atención de salud, y necesariamente, realizan un programa anual de trabajo para “evaluar y promover una buena atención de salud, aislamiento apropiado, esterilización, capacitación del personal y vigilancia epidemiológica”. 1.

La institución de un sistema de vigilancia para supervisar la incidencia de las infecciones hospitalarias en los lugares de atención sanitaria, es un proceso eficaz para reducir la frecuencia de estas. Se trata de una “observación sistemática, activa y prolongada, de la presencia y distribución de la infección nosocomial en los establecimientos de salud, y de las circunstancias o factores que influyen positiva o negativamente sobre el riesgo que presente la misma” 1, 9.

El principal objetivo de la vigilancia es disminuir las tasas de infección nosocomial, secundariamente, también son importantes el establecimiento de las tasas endémicas, la detección de brotes, utilidad y eficacia de las medidas de control, y cumplimiento con las medidas reguladoras entre otros. Además, un sistema de vigilancia debe tener los siguientes criterios: simplicidad (promoviendo la participación), flexibilidad, aceptabilidad, coherencia, sensibilidad y especificidad. 1, 5

Existen diversas técnicas de vigilancia, distinguiéndose entre: pasiva o activa (según quién realice la vigilancia), prospectiva o retrospectiva (según cuándo se realice), basado en el paciente o a partir de datos de laboratorio, y global, por objetivos o dirigida (según el ámbito que abarca la vigilancia): 5, 7, 10.

  1. Vigilancia pasiva es aquella en la cual, la identificación y comunicación de la infección hospitalaria no la realiza el personal de control de la infección. Lo más probable es que cuando se tengan los resultados sea tarde para controlarla. Sin embargo, el coste es bajo porque no precisa contratación de personal extra. La vigilancia activa es realizada por personal dedicado al control de este tipo de infección, existe mayor interacción con el personal de planta, pero tiene mayor coste económico que la anterior por necesitar recursos humanos específicos.
  2. La vigilancia prospectiva se lleva a cabo desde el ingreso del paciente e incluye el post-alta tras una intervención quirúrgica. Este sistema detecta y detiene brotes, pero es una vigilancia cara porque se prolonga mucho en el tiempo hasta recoger todos los datos. La vigilancia retrospectiva consiste en la revisión de la historia clínica tras el alta del paciente, y aunque detecta brotes puede ser tarde para controlarlos. Su coste económico disminuye frente a la anterior al no precisar de tanto personal específico y tiempo.
  3. La vigilancia basada en el paciente, se fundamenta en la historia clínica, la inspección del paciente, y la consulta con el personal que le cuida. Evita falsos positivos; el tipo de vigilancia basada en los datos de laboratorio, como su nombre indica, se basa en los datos que aporta el laboratorio de microbiología, aunque no es eficiente para aquellas infecciones de diagnóstico clínico y/o radiológico (como las infecciones de heridas quirúrgicas o neumonías).
  4. La vigilancia global estudia todos los pacientes, todas las infecciones, todos los servicios y todos los microorganismos, se trata de una vigilancia muy costosa y laboriosa. La vigilancia por objetivos estudia solo un tipo de infección según la prioridad, esta se establece según la frecuencia de la infección, en comparación con la anterior los costes disminuyen radicalmente. Por último, la vigilancia dirigida es muy flexible, la limitación la impone el mayor o menor tiempo que se dedica al estudio, por lo que su coste depende del tiempo que se prolongue este.

Elegir entre estas la estrategia más conveniente, ayudará a que la infección nosocomial no utilice los recursos económicos limitados del centro sanitario. Esto se produce por la prolongación de la estancia de los pacientes en el hospital principalmente (la media es de 6.5 días más por paciente), pero también por el tratamiento de la infección, por la no existencia de camas para nuevos ingresos y, por los procedimientos quirúrgicos y pruebas complementarias que se realizan a estos pacientes. “La prevención ahorra costos”. 15, 16.

También existen vigilancias a nivel nacional, son estudios realizados anualmente y de acuerdo con un protocolo común para todos los hospitales o centros de atención sanitaria que participan en cada estudio. Los principales son el estudio de prevalencia de infecciones nosocomiales en España (EPINE), VICONOS, el programa específico para la vigilancia de las infecciones nosocomiales en España (PREVINE), y ENVIN-HELICS. El primero se creó en 1990 y se realiza a partir de la historia clínica de cada enfermo, es el más representativo por la cantidad de centros que participan en él; VICONOS se inicia en 1990 por la sociedad española de medicina preventiva e higiene hospitalaria, se basa en la recogida de datos de incidencia según los objetivos predeterminados de cada centro participante; PREVINE es formado en 1999 por la sociedad española de medicina preventiva, salud pública e higiene, realiza un seguimiento prospectivo de los pacientes incluidos en el estudio; el último se desarrolla en 1994 promovido por la sociedad española de medicina intensiva, crítica y unidades coronarias. 2, 5, 7.

Estos métodos de vigilancia a nivel nacional se caracterizan además por formular ciertos indicadores que facilitan la vigilancia y el reconocimiento de las infecciones nosocomiales. Cada estudio, según los datos que obtenga, puede proponer unos indicadores u otros, por lo que no es extraño encontrar ciertas diferencias al compararlos. 2, 10.

La Sociedad española de medicina preventiva, salud pública e higiene propone 9 indicadores intentando aunar los esfuerzos de los diferentes estudios anuales mencionados anteriormente, siendo estos indicadores los siguientes: “prevalencia global de la infección nosocomial en el hospital (% cada 6 meses), incidencia de la infección hospitalaria en la UCI (cada 2 meses), incidencia de la infección quirúrgica en cirugía específica (cada 6 meses), detección de bacteriemia nosocomial en pacientes hospitalizados (seguimiento durante 6 meses), incidencia de brotes epidémicos (seguimiento durante todo el año), prevalencia de uso de cateterismo urinario cerrado (% cada 6 meses), prevalencia global de uso de antimicrobianos en el hospital (% cada 6 meses), cumplimiento de las especificaciones de lavado de manos (% cada 6 meses en todas las áreas del centro) y tasa acumulada trimestral por mil de accidentes parenterales con exposición a sangre o a fluidos biológicos en trabajadores a jornada completa (seguimiento durante todo el año). 2, 10.

La prevención consiste en tomar medidas destinadas a prever la aparición de la infección hospitalaria, pero también a detener su avance y disminuir las consecuencias que pudiera ocasionar, por ello, al hablar de vigilancia e indicadores de la infección nosocomial, ya se estaba iniciando la prevención. “La prevención de la infección debe ser una prioridad en cualquier lugar donde se cuide la salud”. 1, 7, 10, 12.

Esta prevención o precaución, tiene por objetivos proteger a los trabajadores sanitarios del contagio, y prevenir la transmisión de infecciones nosocomiales a los pacientes. Pero para que se cumplan los objetivos es necesario que los centros de atención sanitaria tengan o desarrollen un programa con las siguientes funciones: poseer una vigilancia permanente, disminución máxima de la transmisión persona-persona, eliminar la contaminación del material utilizado, y por último sanear regular y sistemáticamente el medio ambiente del centro sanitario. 6, 7.

En la reducción de la transmisión de la infección hospitalaria de una persona a otra, el fisioterapeuta tiene un papel clave, ya que tiene un contacto directo con los pacientes la mayor parte del tiempo, siendo un contacto a través de material sanitario el tiempo restante. Por ello es importante que el personal conozca la responsabilidad individual para el control de la infección desde la escuela y se instauren medidas preventivas adecuadas de cumplimiento obligatorio. 1, 3, 6, 10.

En este trabajo, para desarrollar las medidas preventivas más importantes de las infecciones hospitalarias se han tenido en cuenta programas de higiene de distintos países en los que se dan indicaciones a los diferentes campos de profesionales sanitarios, pero no se tiene en cuenta a los fisioterapeutas (como ocurre en España), y otros programas de países como E.E.U.U. o Australia en los que si realizan medidas específicas para este sector sanitario. 7, 11, 12, 13.

Las más básicas normas de higiene personal consisten en: cubrir con apósitos impermeables los cortes y/o heridas del propio personal sanitario antes de la actividad laboral, uñas cortas y sin pintar, limpieza del uniforme frecuentemente o cuando se produzcan salpicaduras de sangre y/o fluidos orgánicos. 1, 11.

Ha sido demostrado, que una correcta higiene de manos es fundamental para reducir el riesgo de contagio y trasmisión de infecciones nosocomiales por contacto en los centros de atención sanitaria, por ello, se debe llevar a cabo al iniciar el trabajo, después de ir al aseo, posterior al contacto con material con alto riesgo de contaminación, antes y después de usar guantes (los guantes se usan para cuidado de pacientes inmunodeprimidos, cuando se va a tener contacto con pacientes con enfermedades transmisibles, y en los pacientes en los que hay posibilidad de contaminación de las manos), si la mano va de una zona contaminada del paciente a una limpia del propio paciente, y al finalizar el trabajo. Los objetivos del lavado de manos son eliminar los contaminantes evidentes (polvo, grasa, residuos, etc.), disminuir los microorganismos y proporcionar un resto antimicrobiano que retrase el crecimiento de estos. 1, 7, 11, 12, 13.

Existen distintas técnicas y sustancias para conseguir un correcto lavado de manos. En cuanto a las técnicas destacan tres, lavado rutinario o higiénico (con agua y jabón neutro) se lleva a cabo al incorporarse a una unidad/servicio y antes de una cura estéril; lavado especial o antiséptico (con agua y jabón antiséptico) antes de cualquier contacto que requiera un alto grado de asepsia, como con inmunodeprimidos, UCI, pacientes respiratorios, prematuros, etc.; y lavado quirúrgico, es igual que el anterior pero ampliando la limpieza hasta los codos y siendo más minucioso con espacios interdigitales y uñas. 1, 3, 7, 9, 14.

El uso de un antimicrobiano para el lavado de manos, reduce la tasa de agentes causantes de infecciones hospitalarias con más efectividad que el jabón y el alcohol. Larson et al demostraron un efecto dosis-respuesta, sugiriendo así que puede ser determinante el volumen de agente antiséptico en la eficacia del lavado de manos. Sin embargo, el uso de desinfectante para manos a base de alcohol es recomendado por el CDC y la OMS como método principal de higiene de manos en los centros de salud por su actividad contra un amplio espectro de patógenos, y gracias a su brevedad puede aumentar el cumplimiento de la práctica. Por otro lado, Rotter et al apuntaron que un producto para la higiene de manos con alcohol usada con las manos aún húmedas, reduce la eficacia de la descontaminación. 12, 13.

En la reducción de la transmisión de agentes patógenos por el medio ambiente, sería de gran ayuda para el control de las infecciones que la grifería pudiera accionarse sin utilizar las manos, para el secado utilizar toallas individuales de papel dispensadas en contenedores de apertura no manual, y además, que estos dispensadores sean de fácil limpieza, adosados a la pared y fácilmente recargables. En el ambiente general del hospital es preciso limpiar, desinfectar y esterilizar con normas que especifiquen la frecuencia y los agentes empleados. Los procesos de desinfección deben eliminar microrganismos, tener efecto detergente, de uso sencillo, ser inocuos para el personal y los pacientes, libres de olores desagradables y eficaces en un corto periodo de tiempo. Existen distintos niveles, crítico, semicrítico y no crítico en función del grado de bacterias que elimina. La esterilización es la destrucción de todos los microrganismos, puede lograrse por medios físicos o químicos y debe ir precedida de limpieza para eliminar la suciedad visible (es necesario esterilizar los dispositivos que penetran en el cuerpo). 1, 7.

En el entorno del fisioterapeuta, las camillas deben limpiarse diariamente o cuando existan manchas, sangre o líquidos corporales entre pacientes, con un paño humedecido en agua y jabón, posteriormente desinfección con una solución trialdehídica, y las cuñas, diariamente sumergidas en una solución de agua con lejía al 5%. En cuanto a los equipos de electroterapia, ultrasonidos, laser, etc., son un vector potencial de infecciones nosocomiales, y deben ser limpiados semanalmente con un paño húmedo y jabón, secándolo posteriormente; sus accesorios (cabezales, cables, placas, esponjas, etc.) tras su utilización o pasada una semana si no se ha usado, con el mismo método que el aparato y desinfección con solución trialdehídica. 8, 11.

Schabrum et al hablan de que el contacto directo del ultrasonido con los pacientes provoca una vía de transmisión de microrganismos si la limpieza no es adecuada o es insuficiente. Esto puede ser extrapolado a cualquier equipo sanitario de contacto directo. Este autor analizó 44 cabezales de ultrasonido y 43 geles de hospitales, clínicas privadas y centros de discapacidad. El 32% de los cabezales y el 28% de los geles tenían 2 microrganismos o más. “El 99.5% de los microrganismos aislados eran potencialmente patógenos.” Tras la limpieza de los cabezales con alcohol 70%, seguían contaminados el 2.3%. Frotando el cabezal con este tipo de alcohol entre pacientes, se reduce el riesgo de infección nosocomial, además es un método rápido, barato y eficaz. 8.

Conclusiones

La infección nosocomial, es fácilmente transmisible a través del conjunto paciente-profesional sanitario por el contacto que existe entre ellos, esto lleva a un mayor tiempo de hospitalización, consecuentemente un mayor costo a la sanidad, y es una realidad que aumenta la morbilidad y la mortalidad.

El centro sanitario debe ser consciente de su situación y necesidad en todos los aspectos de las infecciones nosocomiales para así poder elegir el método de vigilancia que más se le adecúe.

El fisioterapeuta, como uno de los profesionales de la salud que mas contacto tiene con los pacientes, sufre un mayor riesgo de contagio propio y de propagar este tipo de infecciones, por lo que es importante un conocimiento amplio de las infecciones hospitalarias y su prevención.

Los principales métodos de prevención en los que se tiene en cuenta a los fisioterapeutas, marcan el frecuente lavado de manos como la mejor, más barata y sencilla actuación para evitar la propagación de las infecciones en los centros de salud.

La higiene de manos con jabón neutro y agua al iniciar y dejar de trabajar, previo y posterior al uso de guantes y, cuando las manos estén visiblemente sucias; con jabón o gel antiséptico desinfectante tras contacto con la piel, fluidos corporales o sangre; y el secado de las propias manos con toallas o papel fácilmente aplicables y desechables, destacan en casi todas las fuentes de información.

La limpieza de los aparatos de asistencia terapéutica tras su uso con alcohol al 70%, además de la frecuente desinfección y esterilización del entorno de trabajo del fisioterapeuta, disminuye significativamente el riesgo de infección.

El entorno del fisioterapeuta no se tiene en cuenta a la hora de estudiar la infección nosocomial en España, no se proporciona información, ni medios de prevención para una complicación hospitalaria que consume gran parte de los recursos económicos de la sanidad.

Se debería estudiar la infección del medio hospitalario en el entorno del fisioterapeuta (al menos con el mismo interés que se practica en otros colectivos) para así conseguir mayor seguridad para los profesionales y sus pacientes, así como tener mayor conocimiento y control sobre esta.

Bibliografía

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