La fisioterapia en LES (lupus eritematoso sistémico)


Jesús Guodemar Pérez.
Diplomado en Fisioterapeuta.
Diplomado en Nutrición humana y Dietética.
Profesor de Fisioterapia General Prácticas.
Universidad Alfonso X "El Sabio".
Miembro del Comité de Redacción del Ilustre Colegio de Fisioterapeutas de Madrid.

El lupus eritematoso sistémico (LES) es un trastorno crónico inflamatorio del tejido conjuntivo.

Su etiología es desconocida y afecta principalmente a mujeres jóvenes y niños. La enfermedad puede abarcar zonas tan amplias como las articulaciones, los riñones, las superficies serosas y las paredes vasculares. El 98% de los pacientes con LES manifiestan como positiva una prueba de ANA, lo que obliga a confirmar el diagnóstico a través de algún test de anticuerpo anti-DNA de cadena doble. Esta enfermedad es evidente cuando el paciente tiene fiebre, erupción cutánea eritematosa, poliartritis, signos de enfermedad renal, dolor pleural intermitente, leucopenia e hiperglobulinemia con anticuerpos anti-DNA de cadena doble. El pronóstico de la enfermedad ha mejorado sustancialmente en las dos últimas décadas, así pues, una vez controlada la fase aguda inicial, a largo plazo suele ser bueno. La supervivencia a los 10 años es del 95%, siempre refiriéndonos a países desarrollados.

Las manifestaciones articulares serán poliartralgias difusas y migratorias, con poca erosión articular, evitando la necesidad de utilizar ortesis correctoras. A nivel cutáneo destaca una erupción rugosa a nivel facial en forma de mariposa sobre el puente nasal y mejillas, sin afectación ocular. Las mialgias y las debilidades de la musculatura son frecuentes en la mayoría de los pacientes. La enfermedad evolucionará en brotes más o menos frecuentes y en función del tratamiento prescrito.

La fisioterapia se hace necesaria en esta enfermedad como en todas aquellas patologías que configuran el grupo de artropatías inflamatorias. Hay que tener en cuenta que se trata de una enfermedad crónica, donde la fisioterapia no pretende curar la enfermedad, pero sí mantener la mejor calidad de vida que le podamos ofertar a nuestro paciente. Habrá que tomar una serie de precauciones para tratar a este tipo de enfermos. Las sesiones de tratamiento no deben ser largas, ya que corremos el riesgo de provocar una nueva inflamación articular y extenuar muscularmente al paciente. La cinesiterapia se realizará de forma lenta y siempre respetando la regla del no dolor. Si se realiza algún tipo de cinesiterapia resistida, ésta será de una intensidad leve, para evitar la sobrecarga articular.

La fisioterapia se marca como objetivos principales en el lupus, reducir el dolor, el edema y la inflamación durante los episodios de brotes. Para ello se pueden utilizar AINES. Especialmente resultará útil la aspirina, sobre todo en aquellos pacientes que tengan una tendencia trombótica asociada. La utilización de ultrasonidos es posible, siempre bajo su forma pulsátil y nunca en el periodo de brote. Queda contraindicada la aplicación de calor local o cualquier tipo de termoterapia por conducción, debido a la posible presencia de vasculitis asociada a la enfermedad. Va a resultar fundamental prevenir la rigidez articular y la atrofia muscular existente.

Para ello podemos utilizar las diferentes técnicas de cinesiterapia, siempre respetando los parámetros ya mencionados. Las técnicas de potenciación muscular que implique una desestabilización, como las grandes diagonales de la facilitación neuromuscular propioceptiva, pueden resultar contraproducentes por el riesgo de provocar una lesión articular y desencadenar un nuevo brote inflamatorio. Preservar la función respiratoria puede ser un factor importantísimo cuando la afectación sistémica del lupus alcanza al sistema respiratorio. La fisioterapia en este caso abarcará tanto la prevención como el tratamiento de todas aquellas complicaciones que puedan surgir. Se trata de enseñar al paciente la respiración abdominodiafragmática, sin olvidar los ejercicios costales. Si el drenaje de secreciones respiratorias se hace necesario, se tratará con las técnicas específicas.

La motivación del paciente será un aspecto relevante, intentando evidenciar al paciente, no sólo las limitaciones de su enfermedad, sino todas aquellas actividades que aun puede realizar. Especialmente será necesario cuando la enfermedad afecte a personas jóvenes, que ven limitada su calidad de vida demasiado pronto como en todas aquellas patologías crónicas.

Nosotros los fisioterapeutas, tenemos la obligación moral de atender a todos los pacientes como si su recuperación funcional fuera a ser ideal, a pesar de ser consciente de que el Lupus Eritematoso Sistémico, como la mayoría de las enfermedades reumáticas, sólo tienen el destino de la cronicidad.