Principios de la osteopatía


Principios de la osteopatía

Andrew T. Still enunció estos principios como bases en las que se asienta la filosofía osteopática:

  • La del hombre.
  • La estructura y la función.
  • La autocuración.
  • La ley de la arteria.

Al cual podríamos unir el hecho de que para el Osteópata existe el enfermo y no la enfermedad.

La unidad del hombre.

El hombre es una unidad:

Física + psíquica + química.

Y estos tres aspectos son indisociables.

El hombre es una unidad anatómica con un sistema músculo esquelético que le otorga movilidad y estática respecto al medio ambiente y cuyo el objetivo es la interacción con el  mundo.
Es el tejido conjuntivo que rodea todas las células que hace esta continuidad.

Aunque antiguamente al tejido conjuntivo o conectivo se le atribuían solo propiedades de unión, el tejido conectivo es el lugar donde se producen los intercambios metabólicos de nuestro organismo. Para entender este aspecto en toda su amplitud recomiendo los trabajos de Alfred Pischinger, sobre el tejido conectivo, así como la teoría de la Homotoxicología de Reckeweg respecto al concepto de enfermedad.

Los líquidos transportan las informaciones neuro-hormonales, hormonales e inmunológicas.
Las vías nerviosas transportan el influjo nervioso y el sistema nervioso arcaico controla el tono postural y el tono circulatorio y visceral.
Para que todos los intercambios metabólicos puedan llevarse a cabo es necesario que el medio interno, liquido intersticial, este en estado de pureza. La toxicidad dificulta y modifica las respuestas fisiológicas del cuerpo.

La autocuración

Nuestro organismo posee en sí todos los medios para restaurar la salud. Cuando se introduce un estado de estrés, del tipo que sea, la respuesta orgánica no será capaz de restablecer la salud y entraremos en enfermedad.
La Osteopatía puede ayudar, o poner los diferentes sistemas del cuerpo bajo el control de las leyes de la fisiología de la vida.
Hasta en los casos más graves, la osteopatía ayuda al organismo a integrar la disfunción en una unidad funcional.
De esta manera la “movilidad”, entendiendo este término en todo lo amplio de su expresión, se mejora y el cuerpo encuentra más capacidad de “compensación”.

La estructura, la función y la movilidad.

La base del concepto Osteopático es la interrelación que existe entre la estructura y la función. «La estructura gobierna la función».

Cuando un órgano se encuentra en alteración fisiológica es cuestión de tiempo que su estructura se vea afectada y viceversa. Ej. Un hígado expuesto a un exceso de trabajo, por ejemplo debido a una medicación agresiva o por uso abusivo e alcohol o drogas, vera en principio afectada su fisiología, pero será cuestión de tiempo que desarrolle cambios estructurales. Otro ejemplo a la inversa puede ser un musculo que haya sufrido cambios estructurales, (rotura, contractura, etc.) que evidentemente verá afectada a su fisiología, en este caso el movimiento.

El estado de salud será el equilibrio entre los elementos que componen la estructura y todos los elementos que componen las funciones.

La ley de la arteria

“Buscar el motivo, quitar el obstáculo y dejar el remedio a la naturaleza, es decir, a la sangre, es ser Doctor”.  A.T. STILL.

La unidad del cuerpo se organiza al torno de la sangre, sustancia común a todos los tejidos.
La sangre es también un tejido conjuntivo que viene del mesoblasto.

La importancia del sistema circulatorio se refleja en el hecho de que este sea la primera unidad funcional en trabajar. Para hacernos una idea tendremos en cuenta que la actividad del corazón empieza en torno a los 22 días intrauterinos.
Este papel de la arteria se entiende respecto a la sangre y a lo que transporta pero  también respecto a la noción de fluctuación de todos los líquidos del cuerpo.
En osteopatía la noción de vascularización incluye todos los líquidos: sangre arterial, venosa, linfa, líquido céfalo raquídeo, líquido extra e intra celular.
Además hay que ver esta ley de la arteria también con el papel de movimiento de los líquidos dentro de los tejidos.

Para explicar lo que para el significaba el concepto del hueso Still, en sus conferencias, seleccionaba un hueso y describía la vascularización de este desde el corazón, así como su innervación, relación contenidos blandos, etc, etc.

De esta forma demostraba que cualquier obstáculo entre el corazón y el hueso así como cualquier interferencia en este trayecto afectaba a la “salud” del fémur.
Los huesos pueden usarse como palancas para relajar los tejidos que oprimen los nervios y vasos sanguíneos y linfáticos, pero a su vez ellos mismos pueden suponer un obstáculo para los nervios y vasos que les atraviesan (disfunciones intraóseas).

Además, en los huesos se insertan las fascias, las cuales envuelven a todos los tejidos del cuerpo produciendo modificaciones de las tensiones y presiones de estas diferentes estructuras

“El Dios de la naturaleza es fuente de destreza y sabiduría y el trabajo mecánico que se cumple en todos los cuerpos naturales es el resultado de un conocimiento absoluto. El hombre no puede añadir nada a esta obra perfecta ni mejorar el funcionamiento del cuerpo normal.

El poder del hombre para curar es apropiado en la medida en que este posee un conocimiento de la posición correcta o normal y en la medida en la que posee la pericia para ajustar los huesos, músculos y ligamentos y proporcionar libertad a nervios, sangre, secreciones y excreciones y solo eso. Atribuimos a Dios la sabiduría y la pericia para realizar una obra perfecta en la morada de la vida en la que vive el hombre. Es solo justicia que Dios reciba este reconocimiento y estamos dispuestos a ajustar las partes y confiar en los resultados.”

Hay que entender la calidad humana de Still, sus influencias filosóficas, científicas y religiosas para interpretar correctamente estas líneas. Una vez leído esto creo que es fácil entender la distancia que tomo Still con respecto a la medicina alopática, basada y centrada únicamente en aspectos científicos, dejando de lado lo humanista y lo religioso.