Fibromialgia


Fibromialgia La fibromialgia es una patología muy común, aunque en la actualidad no se considera a los pacientes que la padecen como “enfermos imaginarios”, tal como  sucedía en el pasado, su diagnóstico no deja de ser complejo y discutido, aún en la actualidad hay quien considera que no es realmente una patología pues no se muestran una serie de signos y síntomas claros ni en la exploración física ni en las diversas pruebas de laboratorio, análisis de sangre, de orina, etc.

Así que por desgracia además de su enfermedad muchos de los que la padecen tienen que soportar encima el que se les considere pacientes simuladores o enfermos psíquicos. En la actualidad a pesar de los avances en el conocimiento de la fibromialgia un gran número de afectados queda sin diagnosticar, en ocasiones por la misma resistencia del propio paciente a seguir insistiendo frente al sistema acerca de que no tiene algo que ceda simplemente con calmante y antiinflamatorios, o por la indolencia de algunos profesionales de la salud que no ven más allá de síntomas inconexos, quizá por falta de conocimiento o de interés.

Existen una serie de síntomas que nos pueden hacer sospechar que padecemos una fibromialgia: dolores musculares generalizados en múltiples zonas del cuerpo, sensación de agotamiento casi permanente, problemas para conciliar el sueño, sensación de rigidez en los movimientos, falta de atención y memoria. Si padecemos estos síntomas no quiere decir que inexcusablemente nos afecta esta patología pero sí que sería conveniente acudir a un médico para que realice un diagnóstico.

Una vez realizado el diagnóstico entramos en la fase de tratamiento en la que la medicina actualmente cuenta con más medios que hace tan solo unos años, pero además es preciso en muchas ocasiones para lograr un resultado eficaz un tratamiento de apoyo con psicoterapia y Fisioterapia.

No entramos a valorar el tratamiento médico ni psicológico, pero si es inevitable recomendar que se logre el apoyo de un fisioterapeuta para mejorar en la restauración de una sensación normalizada de nuestro sistema musculo esquelético, el dolor, la rigidez y la experiencia de agotamiento pueden mejorar mucho con las sensaciones de relajación y descanso que proporcionan un masaje sensitivo, es preciso evitar los masajes con presiones elevadas. Las técnicas de relajación, ya sean las clásicas o de visualización, también resultan eficaces, la aplicación de calor suave, las técnicas de electroterapia contra el dolor , el TENS que es capaz de bloquear el dolor y nos permite descansar de ese sufrimiento permanente, la magnetoterapia que actúa como un rehabilitador de los tejidos profundos, activando la circulación y relajando la musculatura, muy diversas técnicas de terapia física serán de gran ayuda paliativa en aras de una recuperación progresiva.