FIBROMIALGIA Propuesta de modelo fisiopatológico fascial: Epidemiología


FIBROMIALGIA Propuesta de modelo fisiopatológico fascial: Epidemiología

FIBROMIALGIA PRIMERA PARTE: EL MODELO FISIOPATOLOGICO FASCIAL

Capítulo II UNA APROXIMACIÓN FASCIAL A LA FIBROMIALGIA

GENERALIZACIÓN DEL MODELO:

- Epidemiología

Los datos epidemiológicos establecen que la FBM es una enfermedad predominante en el sexo femenino y que, además, la edad de inicio de la enfermedad se sitúa entre los 30 y 50 años.

El modelo fascial se ajusta a estas condiciones en tanto en cuanto la distribución del sistema fascial superficial es distinto en hombres y mujeres.

  1. En la mujer, al incrementarse el volumen de los senos, las conexiones entre la fascia de éstos y la fascia pectoral se distiende por acción de la fuerza gravitatoria, formándose el llamado “espacio retromamario” en el que hay una notable acumulación de tejido adiposo.
  2. Por otro lado, mientras que el hombre la fascia de la región pélvica se adhiere directamente al periostio de la creta ilíaca, en las mujeres la adherencia se produce más abajo, hacia la fascia muscular, a nivel de la depresión glútea, varios centímetros por debajo de la cresta ilíaca, formando un nuevo espacio para la acumulación de grasa.

Según se ha visto, las células responsables de la acumulación de grasa son las denominadas “células adiposas” presentes en el tejido conectivo. Así, si las células adiposas llegan a ser el tipo celular dominante, transforman la fascia en un tejido adiposo e hipomóvil lo cual desencadena los mecanismos fisiopatológicos que predice la teoría fascial.

El hecho de que en la fascia superficial de la mujer existan dos zonas susceptibles de acumular grasa (inexistentes en el varón), podría hacerlas más sensibles al desarrollo de atrapamientos fasciales y por tanto a desarrollar la enfermedad.

Para responder a la cuestión de la edad de inicio, ( 30 a 50 años), no hay más que remitirse a la propia dinámica del envejecimiento. La elasticidad del tejido conectivo disminuye gradualmente con la edad, fundamentalmente debido al progresivo acúmulo de grasas en las células adiposas lo cual conlleva una densidificación del propio tejido conectivo y por tanto su deshidratación.

Esta deshidratación favorece la formación de entrecruzamientos patológicos y por tanto la aparición de progresivos cambios degenerativos.